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Piojos: lo que los padres deben saber

Ep / Madrid 06.01.2016 | 12:58

Un niño infectado con piojos se rasca la cabeza. GETTY IMAGES
Cuando los padres comienzan a recibir alertas de la escuela diciéndoles que se ha diagnosticado a alguno de los compañeros del aula de sus hijos con pediculosis suelen entrar en pánico. Sin embargo, antes de comenzar a rascar sus propias cabezas y querer revisar de forma inmediata las de sus hijos deberían saber que existen muchas falsas creencias sobre el contagio de los piojos y como se tratan.
Según señalan en la web dirigida a la población de la Clínica Cleveland, estas falsas creencias sólo ayudan a alimentar la ansiedad de los padres cuyos hijos tienen piojos o han estado expuesto a los piojos. Estas son las cuatro cuestiones que, según los facultativos de la clínica americana, los padres deberían saber:
1. Los piojos no se contagian tan fácilmente: no pueden sobrevivir más de 24 horas fuera del cuero cabelludo humano.
2. Los piojos no saltan: sólo reptan, y como resultado, la mayor parte de los contagios se producen por contacto directo. La transmisión de los piojos puede ocurrir por compartir cepillos y gorras pero la forma más fácil es mediante el contacto entre cabezas.
3. Los niños no deberían ser enviados a casa desde el colegio debido a una infección por piojos: las directrices de la Academia Americana de Pediatría recomiendan dar a conocer a los padres del niño sobre el diagnóstico pero evitando enviarlo a casa ese día o restringiéndole acudir a la escuela. Un niño con piojos puede haber contraído la infección incluso un mes antes y los estudios han mostrado que no es probable que los piojos se extiendan dentro de las aulas.
4. Los piojos afectan a personas de todas las clases sociales: los piojos a menudo suponen un estigma social y, en realidad, no es un reflejo de una buena o mala higiene. Cualquiera puede coger piojos, si los niños son excluidos de la escuela y de sus actividades, esto perpetúa la creencia de que los piojos son dañinos.

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Niños tienden a infectarse más de piojos en febrero

Por:  EL TIEMPO - BOGOTÁ 

28 de enero 2015 , 08:37 p.m.

Los mayores picos de infección de los piojos se registran en febrero, al inicio del año escolar, y luego comienzan a presentar una disminución hacia marzo.
Así concluyó un estudio realizado por investigadores del Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, que analizaron a 178 niños de 3 meses a 5 años, durante siete meses, en un jardín infantil de Bogotá.
Según la investigadora Luz Sáenz, el ingreso y la permanencia en el jardín podrían contribuir a la pediculosis, como se llama la infestación de piojos. Esto también podría darse fuera del establecimiento.
De igual forma, en el análisis de los menores se encontró que también hay una diferencia significativa de estos insectos entre las cabezas de los niños y de las niñas.
Las pequeñas son las que presentan mayor propensión a padecer por la infestación de esta especie.
A simple vista pareciera natural que los piojos tiendan a estar más presentes en las cabezas de las niñas, cuando tienen el cabello largo; pero esa no es la única razón.
El estudio observó que el contacto de las cabezas entre los niños tiende a ocurrir muy brevemente, por muy corto tiempo, y cuando hacen contacto en el juego este es brusco. Quizás por eso el contagio es de más bajo riesgo.
En cambio, las niñas suelen con mayor frecuencia tener un contacto más prolongado e íntimo. Y bien se sabe que este artrópodo es sumamente contagioso.
También los investigadores observaron que había una asociación entre la pediculosis y el baño poco frecuente en las cabezas de ellas.
De igual forma, las pequeñas mostraban una tendencia a permanecer con el cabello trenzado, sin lavar por una semana, aumentando los riesgos de infestación.
En cuanto al cabello largo, todas las niñas estudiadas lo tenían con esa extensión, mientras que solo uno de los niños lo tenía así.
El uso compartido de elementos de aseo, como la peinilla, igualmente influyen en el contagio, pero según los investigadores esta asociación fue más débil. Sin embargo, esos elementos, de acuerdo con otros estudios, son considerados como vehículos adecuados para la infestación.
En concepto de los investigadores, el tamaño de la familia puede ser otro factor “sensible”.
Para hacer el estudio, los investigadores de la Universidad Nacional hicieron una encuesta en donde les preguntaban a los pequeños cuántas veces a la semana les lavaban la cabeza, si compartían elementos de aseo y cuántas personas dormían en la misma habitación.
A cada niño le hacían una inspección visual a su cabello cada mes y este proceso así se hizo por siete meses.
El estudio que dio a conocer la universidad a través de un comunicado, sale precisamente cuando en muchas instituciones educativas y jardines abren sus puertas el próximo 2 de febrero.
Cómo prevenirlos
Según los especialistas y las cartillas, los piojos se propagan de cabeza a cabeza, cuando hay un estrecho contacto, se comparten cepillos, ropa, gorros de lana, abrigos, sombreros o almohadas.
Desde un niño hasta un adulto pueden sufrir la infestación de estos insectos, si tampoco hay higiene personal y en el domicilio.
En los jardines infantiles y en los cursos de primaria, sobre todo, la infestación de piojos suele ser frecuente.
Por ello, los padres de familia deben examinar las cabezas de los pequeños si no lo hacen diario, al menos semanalmente, para ver si tienen piojos y liendres.
Un síntoma de que el niño puede tener estos insectos en su cabello puede ser que frecuentemente se rasca la cabeza. A los piojos les gusta poner sus huevos detrás de las orejas, en la nuca y sobre el cuello, y en la parte superior de la cabeza.

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Los piojos prefieren las cabezas limpias

Un "piojoso", en el lenguaje popular, es ese que descuida su higiene personal: el que no se lava. Pero nada más lejos de la realidad, y conviene recordarlo en fechas como estas, al comienzo del curso escolar, para que no se estigmatice a ningún niño con piojos. Ni a ningún adulto, porque ellos también pueden sufrirlos. "Los piojos no se eliminan mediante el lavado con agua y champú, por lo que la higiene habitual no es suficiente para eliminarlos ni para prevenir la parasitación", explica la pediatra María Rosa Albañil Ballesteros, coordinadora del grupo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). De hecho, los piojos suelen preferir el pelo limpio al sucio (y el liso al rizado). Cuatro de cada diez hogares con niños en edad escolar han sufrido casos de pediculosis (como se denomina a la infestación por piojos) al menos una vez. Su cotidiana existencia está, sin embargo, traspasada por los mitos.

El piojo es un insecto del que existen 3.000 especies, aunque solo tres pueden infestar al ser humano. El más común es el de la cabeza (pediculus humanus capitis), que mide en torno a los tres milímetros. Para estos animales, nuestras cabezas son frondosas selvas por las que les gusta transitar a gran velocidad (gracias a sus fuertes patas), y también viajar de una a otra: la transmisión de los piojos suele suceder de "pelo a pelo", por contacto directo entre las cabezas, aunque también puede suceder de otras maneras, al compartir peines, cepillos, sombreros o almohadas. "Los piojos no saltan pero pueden desprenderse al cepillar un cabello con electricidad estática", apunta Albañil. Tampoco vuelan.

¿Por qué atacan a los niños?

En realidad los piojos no tienen ninguna preferencia especial por los más pequeños, solo los frecuentan más porque estos conviven con más cercanía en los colegios y guarderías, y porque en más ocasiones comparten utensilios de uso personal. El roce también hace el cariño para los pediculus. "La transmisión no está en relación con la edad sino con la proximidad y el contacto estrecho, por eso también hay que buscar casos en el ambiente familiar de una persona parasitada independientemente de su edad", dice la pediatra. Cuidado: juntar las cabezas para tomarse un selfie puede constituir un puente de plata para el transvase piojil. Y atención a los hipsters: según informa el Centro de Información sobre la Pediculosis, nada les impide extenderse a pestañas, cejas... y barba.

Afortunadamente, el piojo, parásito que lleva conviviendo desde tiempos inmemoriales con el ser humano (no pueden vivir más de dos días sin uno de nosotros, pues se alimentan de nuestra sangre), no transmite enfermedades, solo un molesto picor, que muchas veces delata su presencia en la cabeza de los niños que se rascan demasiado (tampoco nos volvamos paranoicos: se pueden rascar sin que haya piojos). Dicen que en la corte del francés rey Luis XIV, el Rey Sol, proliferaban los piojos bajo los pelucones, así que rey y cortesanos llevaban un artilugio en forma de mano de marfil para rascarse disimuladamente.

Acabe con ellos

"Uno de los mayores problemas es la reinfestación", según explica Josep Manel Casanova, profesor titular de Dermatología de la Universidad de Lleida, "ocurre cuando se da una nueva parasitación tras haber recibido el tratamiento". Los piojos pueden haber sido eliminados, pero mantener sus huevos cubiertos de queratina, las liendres, amarrados fuertemente a los cabellos gracias a un pegamento no soluble en agua (de ahí que el mero lavado no sirva), que den lugar a nuevos piojos en un corto espacio de tiempo (alrededor de una semana). Y vuelta a empezar.

Otros problemas que se pueden dar son el mal diagnóstico, la aplicación incorrecta del tratamiento (aquí tiene uno sin vinagre), "o que los parásitos se hayan vuelto resistentes al tratamiento químico", según explica el dermatólogo. Una investigación desarrollada el año pasado en la Universidad de Illinois encontró que gran parte de los piojos estudiados habían desarrollado mutaciones con un alto nivel de resistencia a insecticidas como los piretroides. Estos especialistas, los dermatólogos, se dedican más que a los piojos de la cabeza a otros tipos como son los del cuerpo o los genitales, las célebres ladillas, que se dan por contacto sexual. Cuando se encuentra una persona con piojos hay que buscarlos también en los sujetos con quien haya tenido contacto, limpiar los utensilios que haya utilizado y aspirar telas o tapicerías del hogar. "Lo que no pueda ser lavado debe ser envuelto en plástico durante dos semanas", dice Albañil: "Además, no es conveniente utilizar los llamados champús preventivos, porque no está demostrado que sean útiles y pueden provocar que el piojo se haga resistente a los tratamientos".

Entre los remedios para fulminarlos, están los productos químicos (peliculicidas), que se aplican sobre todo en forma de cremas, los llamados productos naturales ("en general menos regulados y menos estudiados que los pediculicidas, por lo que se conoce menos su eficacia", dice la pediatra), los productos que producen oclusión (fundamentalmente aceites y sustancias grasas), la extracción manual o con peine fino (la “lendrera”, que se recomienda para complementar las otras medidas y eliminar las liendres) o los dispositivos que dispensan aire caliente (no recomendados para uso en domicilio), entre otros. A pesar de este odio moderno hacia tales insectos, conviene recordar que hubo una época en que los piojos fueron muy valiosos: en el Nápoles de la Segunda Guerra Mundial, los soldados estadounidenses los compraban a los chavales de la calle (los scugnizzi) para infectarse y que así les mandaran de nuevo a casa; y hay quien dice que los hippies de los 60 comerciaban con ellos en sus festivales. Realidad o leyenda, según el caso, quien tenía un piojo tenía un tesoro.

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Piojos, ¿causa de bullying?

De acuerdo con la Secretaría de Salud, los brotes de piojos afectan entre 18 y 33% de las escuelas primarias; es decir, entre 6 y 8 millones de niños menores de 12 años.

Nelly Toche

02 de mayo de 2016, 21:13

MEXICO


En el Día Mundial de la Lucha contra el Bullying, celebrado el 2 de mayo, varios son los frentes que se tratan para lograr su concientización y erradicación, por ello, desde el área de la salud, varios especialistas coincidieron en que existen algunos problemas que podrían controlarse fácilmente a través de la información y alternativas científicas al alcance de todos.


Dentro de estas causales de acoso, marginación, bajo rendimiento y daño de autoestima, se ha encontrado que la pediculosis mejor conocida como parasitación por piojos ha cobrado especial relevancia en el tema de bullying.


Según datos de la Secretaría de Salud, en algunas poblaciones las cifras sobre brotes de piojos en las escuelas primarias oscilan entre 18 y 33%; es decir, entre 6 y 8 millones de casos en niños y niñas entre los tres y 12 años, debido a esto se han presentado episodios violentos que afectan la integridad emocional y física de nuestros niños , explicó la doctora Luciana Langoni, gerente médico de laboratorios Armstrong.



La importancia? de la información


Fernanda Hurtado, dermatóloga clínica, aseguró que la mejor arma es la información, empezando por los padres, pues son ellos los que incluso culpan a los niños de haberse contagiado de piojos.


En este sentido, la especialista explicó que lo primero que deben saber los padres, maestros y los propios niños, es que la pediculosis es una enfermedad que no se produce por falta de higiene, tampoco distingue nivel social, económico, cultural, edad o género, por lo que es sumamente frecuente .


Informó que los piojos son insectos que se contagian únicamente por contacto directo (no pueden volar). El ser humano puede infectarse por tres tipos: en cuerpo, pubis y el más recurrente es el de la cabeza; cada piojo hembra puede poner hasta 100 huevecillos, por ello el contagio es de cabeza a cabeza o por compartir artículos personales.


Por ello, hizo hincapié en el entendimiento de este padecimiento, el cual se ha convertido en un problema grave de bullying y ha permeado en 5% de los niños que en algún momento han sentido acoso escolar, según cifras otorgadas por la Fundación en Movimiento, institución dedicada a ayudar a erradicar el bullying o acoso escolar en la República Mexicana.


La misma fundación promueve la sana convivencia entre los niños, jóvenes y adultos por medio de campañas de detección, concientización y corrección de aquellas acciones que amenazan su integridad física y moral.



Tratamientos sencillos


Contrario a lo que se piensa, en México el tratamiento contra piojos es eficiente y sencillo, explicó Jocelyne López, gerente de Mercadotecnia de Laboratorios Armstrong. Agregó que en esta campaña contra el bullying, la preocupación es que existe un creciente número de alternativas que los pacientes han implementado, como remedios caseros que pueden ir de lo más inofensivo, como es poner mayonesa en la cabeza, pero otros que pueden causar irritaciones, toxicidad o padecimientos adicionales que los menores no deberían enfrentar.


Ante este fenómeno, la entrevistada aseguró que existen elementos eficaces y de alta seguridad basados en ciencia que dan resultados con pasos muy sencillos. Productos que cuentan con certificado de eficacia y seguridad para que no sea causante de ningún efecto secundario o reacción y se pueden aplicar a bebés desde los dos meses de edad.


Explicó que el uso de la fenotina y la permetrina como ingrediente activo que elimina los piojos está autorizado en México, a través de Laboratorios Armstrong.


El tratamiento denominado Herklin, además del ingrediente activo, cuenta con un peine liendrera de acero inoxidable que tiene tecnología patentada; cada cerda actúa como una navaja para destruir el caparazón de las liendres; es decir, evita un nuevo piojo cortando el ciclo biológico del parasito sin dañar a la persona , explicó y agregó que es importante que los padres realicen la eliminación de manera frecuente.

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